Geraldine Dawson es sin duda una persona con una destacadísima trayectoria investigadora en el campo del autismo. En la actualidad es la directora del Duke Center for
Autism and Brain Development, tras ejercer cargos en diversas universidades o
el puesto de primera directora científica de Autism Speaks (si quieres saber
más sobre ella pincha AQUÍ). En nuestro país quizás su obra más famosa es el
Early Start Denver Model, elaborado junto a Sally Rogers (si quieres saber más
sobre esta obra pincha AQUÍ).
El artículo
que planteamos hoy lo escribió junto con la psicóloga clínica Lauren Elder y en él desmiente la idea que en ocasiones se les ha dicho a las familias en la línea de que si su hijo o hija con autismo no habla antes de los 4 ó 5 años, es probable que nunca lo haga. Algunos
grupos de investigación han contrarrestado este punto de vista, citando casos
de niños y niñas que desarrollaron el lenguaje durante la escuela primaria o
incluso la adolescencia.
En el estudio de la revista Pediatrics que se reseña
en la blibliografía, se realizó una investigación con más de 500 niños que
confirma esos datos. Concretamente, el grupo científico del Center for Autism
and Related Disorders de Baltimore examinaron la información de 535 niños, de 8
a 17 años, diagnosticados con autismo y con retrasos graves en el lenguaje a
los 4 años. A esta edad, sus retrasos en el lenguaje iban desde no hablar en
absoluto a usar palabras sueltas o frases sin verbos.
El grupo de
investigación descubrió que en la mayoría de estos niños adquirieron
habilidades de lenguaje. Los datos reflejaron que casi la mitad (47 por
ciento) se convirtió en hablantes fluidos y más de dos tercios (70 por ciento)
podrían hablar mediante frases simples.
Esta
investigación también pretendía ver qué factores podrían predecir si un niño
con autismo con retraso del lenguaje severo desarrollaría el
habla. Encontraron que la mayoría de los niños que lo hicieron tenían un
coeficiente intelectual más alto (evaluado con pruebas no verbales) y menor
deterioro social. Sorprendentemente, los investigadores encontraron que el
nivel de conductas repetitivas y los intereses restringidos de un niño no afectaban
la probabilidad de desarrollo del lenguaje (dato en mi opinión muy importante ya que si no son realmente incapacitantes para la persona ¿por qué dedicarle tanto tiempo a su "extinción"?).
Ante este
descubrimiento, la entonces Directora Científica de Autism Speaks, Geraldine
Dawson, indicaba la esperanza que se le daba a las familias de que los niños y
niñas con autismo y retraso del lenguaje desarrollaran el habla en la escuela
primaria o incluso como adolescentes. También indicaba que "Al resaltar
los factores predictivos importantes de la adquisición del lenguaje,
especialmente el papel de las habilidades sociales y cognitivas no verbales,
esto también sugiere que apuntar a estas áreas en la intervención temprana
ayudará a promover el lenguaje".
Por cuestiones
como estas, las familias, el profesorado y otras personas demandan saber cómo
pueden promover el desarrollo del lenguaje en niños y niñas o adolescentes no
verbales y con autismo. La buena noticia es que la investigación ha
producido una serie de estrategias efectivas.
Pero antes de
compartir los "consejos fundamentales", es importante recordar que
cada persona con autismo es única. Incluso con un esfuerzo tremendo, una
estrategia que funciona bien con un niño/niña o adolescente puede no funcionar con
otro. Y aunque cada persona con autismo puede aprender a comunicarse, no
siempre es a través del lenguaje hablado. Independiente de ello, como nos
recuerdan las autoras, las personas no verbales con autismo tienen mucho que
aportar a la sociedad y pueden vivir una vida plena con la ayuda de apoyos
visuales y tecnologías de
apoyo.
Las siete
estrategias principales para promover el desarrollo del lenguaje en niños y niñas preverbales y adolescentes con autismo que promueven Dawson y Elder :
1. Fomenta
el juego y la interacción social. Los niños y niñas aprenden a través del juego, y eso
incluye aprender el lenguaje. El juego interactivo brinda oportunidades
agradables para que la persona adulta y el niño o niña se comuniquen. Prueba una variedad de
juegos para encontrar los que le gustan a su hijo. Prueba también
actividades lúdicas que promuevan la interacción social. Los ejemplos incluyen
cantar, recitar rimas infantiles y/o hacer juegos interactivos. Durante
estas interacciones, colócate frente al niño o niña y cerca del nivel de los
ojos, para que sea más fácil para él o ella verte y escucharte.
2. Imita
a al niño o niña. Imitar los sonidos y las conductas de juego del niño
o niña fomentará más la vocalización y la interacción. También les alienta
a copiar a la persona adulta y tomar turnos. Asegúrate de imitar cómo juega
el niño o niña, siempre que sea un comportamiento positivo. Por ejemplo,
cuando una niña hace rodar un coche, usted gira un automóvil. Si él o ella
choca el coche, tú también chocas el tuyo. Sin embargo no le imites si
comienza a lanzar coches.
3. Céntrate
en la comunicación no verbal. Los gestos y el contacto visual pueden
construir una base para el lenguaje. Anima al niño o niña al modelar y
responder a estos comportamientos. Exagera tus gestos. Usa el cuerpo
y la voz cuando te comunique; por ejemplo, extiende la mano para señalar cuando
digas "mirar" y asiente con la cabeza cuando digas "sí".
Usa gestos que el niño o niña pueda imitar fácilmente. Los ejemplos
incluyen aplaudir, abrir las manos, estirar los brazos, etc. Responde también a
los gestos del niño o niña: cuando mire o señale un juguete, entrégalo o sigue
las instrucciones para que juegue con él. Del mismo modo, señala
el juguete que desea antes de levantarlo.
4. Deja
“espacio” para que el niño o niña hable. Es natural sentir la
necesidad de completar el lenguaje cuando un niño o niña no responde de
inmediato. Pero es muy importante darle muchas oportunidades para
comunicarse, incluso si no está hablando. Cuando hagas una pregunta o veas que el niño o niña quiere algo, haz una pausa durante varios segundos mientras
lo mira expectante (lo que vulgarmente yo llamo "no pisar las oportunidades de comunicación"). Esté atento a cualquier sonido o movimiento del cuerpo
y responda rápidamente. La rapidez de tu respuesta ayuda a al niño o niña
a entender la importancia de la comunicación.
5. Simplifica
tu lenguaje. Si lo haces, ayudas al niño o niña a seguir lo que estás
diciendo. También les facilitas imitar su discurso. Si la persona no
es verbal, intenta hablar principalmente con palabras sueltas. (Si estás
jugando con una pelota, usted dice "pelota" o "rodar"). Si el
niño o niña está hablando utilizando palabras sueltas, utiliza frases
cortas, como "rodar la pelota" o "lanzar la pelota". Sigue la regla de "una más": generalmente utiliza frases con una palabra
más de lo que el niño o niña con autismo usa.
6. Sigue los intereses del niño o niña. En lugar de interrumpir la temática del
niño o niña, sigue hablando sobre su tema. Utilizando la regla de “una más”,
narra lo que el niño o niña está haciendo. Si está jugando con un
clasificador de formas, podría decir la palabra "en" cuando pone una
forma en su ranura. Podría decir "forma" cuando sostiene la forma
y "volcar formas" cuando las tira para comenzar de nuevo. Al
hablar sobre lo que le interesa al niño o niña, le ayudarás a aprender el
vocabulario asociado.
7. Considera el
uso dispositivos de asistencia y apoyos visuales. Las
tecnologías de asistencia y los apoyos visuales pueden hacer algo más que
reemplazar el habla. Pueden fomentar su desarrollo. Los ejemplos
incluyen dispositivos y aplicaciones con imágenes que el niño o niña toca para
producir palabras. En un nivel más simple, los apoyos visuales pueden
incluir imágenes y grupos de imágenes que el niño o niña puede utilizar para
indicar peticiones y pensamientos.
Hasta aquí la publicación de hoy. Unas
recomendaciones fáciles que a todo el mundo nos conviene tener en cuenta en nuestra interacción comunicativa.
Bibliografía
Muchas gracias, lo comparto en la hierbita :)
ResponderEliminar¡Gracias a ti Anabel!
ResponderEliminarMuy didáctico y muy alentador, creo que es una pregunta que todos los padres nos hemos hecho muchas veces y una inquietud a la que solo el tiempo dará respuesta, pero siempre intentando dotarles de todas las herramientas, formación y recursos posibles.
ResponderEliminarGracias Aitor por compartir.
Un abrazo de nuestra parte y un beso de Xiara.
Estás en lo cierto Tino. En ocasiones, es cuestión de estimulación y tiempo. ¡Otro grande para vosotros!
EliminarMe gustaron mucho estas recomendaciones 😉
ResponderEliminar