Continuamos con la publicación sobre la modulación sensorial (si
quieres leer la primera parte puedes pinchar aquí).
En la primera parte, hablábamos de los tipos de
alteraciones de la modulación sensorial (hiperresponsividad, hiporresponsividad
y búsqueda sensorial) y como Ornitz indicaba
que se dan como respuesta a estímulos visuales, auditivos, táctiles y
vestibulares.
Vamos ahora a categorizar los tres tipos de
trastornos en función del estímulo que los origina (Martínez Sanchís, 2015).
*Estímulos visuales: encontraremos personas
con autismo que evitan las luces brillantes, otras que son capaces de mirar
fijamente estímulos luminosos intensos o que miran detenidamente objetos.
*Nivel vestibular-propioceptivo: numerosas personas con
CEA son hiporresponsivas y buscan ese tipo de estimulación girando sobre sí
mismas, chocando contra otras o balaceándose (se proporcionarían la "dieta
estimular que necesitan").
*Estimulación táctil: es frecuente encontrar
hiperresponvidad frente a ciertas situaciones estimulares cotidianas como
ducharse, cortarse las uñas, ser tocados o entrar en contacto con determinadas
texturas, puede originar problemas de conducta y ansiedad.
*En cuanto al sabor y al olfato, los
problemas se relacionan no solamente con la modulación (aversión y naúsea
frente a sabores y olores neutros) sino con la identificación que empeora con
la edad.
*En lo relacionado con los estímulos
auditivos, se han detectado casos de hiperresponsiviidad a sonidos neutros
frente a hiporresponsividad a estímulos auditivos lingüísticos.
Las personas con autismo no solamente
experimentan un procesamiento sensorial diferente respecto al resto de la
población en uno o varios canales sensoriales (hiporresponsividad, hiperresponsividad
o búsqueda sensorial), sino que frecuentemente hallan dificultades para
integrar de forma adecuada la información proviniente de distintos sistemas
sensoriales. Esta cuestión, tiene una repercusión directa sobre el lenguaje y
la comunicación, puesto que la correcta percepción del lenguaje implica la
integración de señales tanto auditivas como visuales.
¿Y cómo influye en el día a día (déficits
sociales) de la persona con autismo esta problemática sensorial?
Martínez Sanchís (2015) refleja que autores
como Donellan han recogido testimonios de primera mano sobre como estas
anomálías sensoriales contribuyen a las dificultades en el ámbito social
de las personas dentro del espectro del autismo.
Los problemas sensoriomotores expuestos con anterioridad
a una edad temprana suponen una disrupción de la organización y la regulación,
no solamente de la percepción y de la acción sino también del lenguaje, el
pensamiento, la emoción o la memoria.
En el espectro del autismo, la problemática en
la discriminación y modulación sensorial (que existe en otras condiciones del
neurodesarrollo), está magnificada en términos de cantidad, calidad, intensidad
y frecuencia y tiene consecuencias para su aprendizaje y participación en
actividades cotidianas.
Por ejemplo:
*Personas con autismo que no son capaces de comprender
correctamente las palabras cuando establecen contacto ocular y para poder
hacerlo dejan de mirarlo a la cara.
*Personas que les es difícil hablar a la vez
que caminan.
*Personas que experimentan los sonidos y las
imágenes de su mundo como dolorosamente intensos.
En muchas ocasiones, desgraciadamente, se
producen finalmente interpretaciones erróneas de conductas que no son
intencionales, sino secundarias a un perfil sensoriomotor anómalo por parte de
las personas "normotípicas" que se relacionan con las personas con
autismo, contribuyendo a empeorar y entorpecer su ejecución social (por
ejemplo: una niña que no responde a una pregunta porque el murmullo de la clase
le resulta molesto).
Si tenemos estas cuestiones en cuenta, es muy
probable que nuestra respuesta en los diferentes contextos (educativo, familiar
etc.) podamos ajustarla a las peculiaridades del procesamiento sensorial de las
personas con autismo.
En cuanto a la elaboración de los perfiles
sensoriales, dos opciones fundamentales: uno de ellos el “Perfil Sensorial 2” de
W. Dunn, dirigido a edades entre los 3 y los 14 años y por otro lado el “Arco
Iris” y el “Paraguas” sensorial de O. Bogdashina (está recogido en la publicación que tienes aquí).
Esta ha sido un resumen básico sobre la modulación
sensorial. Espero que os haya gustado la publicación.
Bibliografía
Martínez Sanchís S. Papel de la corteza prefrontal en los problemas sensoriales
de los niños con trastornos del espectro autista y su implicación en los
aspectos sociales. Rev. Neurol. 2015 (Supl. 1): s19-24

Comentarios
Publicar un comentario