El fenómeno de la ecolalia es muy común en los niños y niñas con autismo. Podríamos definirla de manera sencilla como la repetición de palabras dichas por otros (Sussman, 2012).
La clasificación que suelo utilizar en la valoración de la ecolalia es la de Cantwell (1977) que propone diversos criterios:
*Criterio temporal: inmediata (en la que se repiten palabras o la última parte de una frase que se acaba de decir, en ocasiones, ligada a problemas de comprensión) frente a la demorada o diferida (en la que se repiten palabras o frases que la persona ha oído y las utiliza horas, días, semanas, meses o años después y pueden estar ligadas a un determinado estado emocional).
*Criterio temporal: inmediata (en la que se repiten palabras o la última parte de una frase que se acaba de decir, en ocasiones, ligada a problemas de comprensión) frente a la demorada o diferida (en la que se repiten palabras o frases que la persona ha oído y las utiliza horas, días, semanas, meses o años después y pueden estar ligadas a un determinado estado emocional).
*Criterio estructural: eco exacto (el original y el eco son completamente iguales), eco reducido (se repite parte de la emisión original de forma exacta), eco ampliado (introduce alguna modificación pero no cambia la estructura) y eco mitigado o expandido (introduce modificaciones que indican competencia)
*Carácter funcional: eco funcional frente a no funcional.
¿Y cómo podemos aprovecharnos de la ecolalia de los niños y niñas con autismo para adquirir un desarrollo lingüístico adecuado?
Si el niño o la niña muestra ecolalia inmediata a la que le podemos dar una función (en otros tipos de ecolalia no funcional y demorada deberíamos emplear otras técnicas, dirigidas a extinguirla), siempre tengo en cuenta una regla fundamental "dilo como él o ella lo haría si pudiese".
Esta estrategia que plantea el Hanen Program (si quieres saber más pincha Aquí y Aquí), permite darle un modelo a imitar a la persona con autismo, aprovechando su habilidad para realizar ecos. Se trata de utilizar inicialmente un modelo físico (por ejemplo señalar una silla) y a la vez darle el modelo verbal (decir la palabra "silla"). Es conveniente hacerlo en fases iniciales hablando más despacio y exagerando las palabras o acciones, ya que ese énfasis permite la imitación por su parte.
Una vez que imite las palabras y adquiera un vocabulario suficiente, debemos construir oraciones "diciéndolas a su manera", como "él o ella lo haría si pudiese", es decir, en vez de plantear preguntas (¿quieres chocolate?) a las que esperamos que nos responda, debemos darle un modelo verbal de las respuestas que él o ella tienen que decir (quiero chocolate) para después retirar la ayuda y que el niño o la niña copie el modelo posteriormente, sin la ayuda de la persona adulta. Más adelante variaremos las combinaciones de dos (persona u objeto + acción, palabra de acción + persona/objeto etc.) y de tres palabras (agente + palabra de acción + objeto, agente + palabra de acción + palabra de lugar + objeto etc.).
Poco a poco, el niño o la niña copiará el sistema, comenzará a necesitar menos ayuda y empezaremos a utilizar otras estrategias para su desarrollo verbal, pero eso ya será motivo de diferente publicación...
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